miércoles, 7 de enero de 2009

El mundo se mueve, en el 2009.

Quizás el evento más significativo que se espera, al menos en los primeros días del año que recién inicia, sea la toma de posesión de Barak Obama en el gobierno de los Estados Unidos de América. El 20 de enero próximo, envuelto en gran expectación, llegará a la presidencia del país más poderoso del mundo un hombre quien a primera vista evoca cierto tipo de emociones que pocas personas logran evocar.

Obama es un hombre de raza negra, sin embargo, este rasgo racial no significa lo mismo que significa para muchos otras personas de ese grupo étnico en la Unión Americana. Obama, sus padres o abuelos, no sufrieron nunca los agravios que hoy hacen que suene mal en el país del norte que a una persona de piel obscura se le llame negro. Barak es, si mucho me apuran, el primer "afroamericano" de la dinastía Obama, puesto que su padre fue nada más y nada menos que un africano, no afroamericano. Por tanto, amén de las penurias que haya sufrido en su natal Kenia, dada la precariedad que pudiese tener la vida en ese país, no sufrió en los Estados Unidos la discriminación en autobuses, cines, restoranes. Ni el puño envuelto en un guante negro durante las premiaciones del atletismo en la justa olímpica de México 68 se levantó para reivindicar a nadie de la familia Obama, estrictamente hablando. Es quizás por ello que la carrera política del presidente electo de los Estado Unidos no se remonte a la lucha por los derechos civiles, como suele ocurrir con la mayoría de los afroamericanos cuyo origen racial se remonta a la trata de esclavos en las 13 colonias que dieran origen al país de las barras y las estrellas.

Desde mi perspectiva, Obama es el hijo de un inmigrante más, quien, pese a cualquier tipo de racismo, seguramente obtuvo un mejor nivel de vida que el que poseía en su pais natal.

Independientemente de si Obama será o no un buen presidente, a la altura de las expectativas que sus electores tienen, el referente más cercano de su puesto, lo hará ver, si no brillante, al menos no torpe ni absurdo, pues esto significaría ser más torpe y absurdo que Bush, cosa poco probable, muy similar a lo que ocurre hoy con Calderón ("presidente" de México) al comparársele con su antecesor Fox.

Y hablando de nuestro país, 2009 es año electoral, y ya sus obscuras mareas se comienzan a sentir. El lamentable atentado en contra de Televisa Monterrey, no deja de crear expectación en el sentido de si fue o no relacionado con las próxima elección de gobernador en Nuevo León. Por otro lado, no ha faltado quien diga que el plan anti crisis de Calderón, presentado esta misma noche, tiene tintes electoreros.

Más allá de los jaloneos que, a pesar de la reforma electoral comienzan a suscitarse, será interesante ver en los hechos el verdadero alcance de dicha reforma, pues pareciera que habrá de obligar a los vendedores de los partidos a recurrir a ingeniosos canales de publicidad, de modo que no puedan ser severamente sancionados a causa de sonar políticamente agresivos. Será un ejercicio interesante, sobre todo porque, por increíble que parezca, el PRI es nuevamente el enemigo a vencer. Y muy seguramente, solo por el PAN. Nada está escrito, sin embargo, el arraigado refrán de "mas vale malo por conocido, que bueno por conocer", vuelve a tener vigencia en el imaginario mexicano.

Y mientras en México no dejan de aparecer cadáveres y, metros de por medio, sus respectivas cabezas, horrorizados asistimos a la masacre en broadcast de palestinos a manos del ejército israelí. Más de 600 muertos han pagado con sangre y el dolor de los que aquí seguimos, el radicalismo e incapacidad de lograr acuerdos en una zona histórica y bíblicamente de conflicto. ¿Cómo detener el odio arraigado por milenios? Es una pregunta para la cual no parece haber respuesta. Desde luego el estado judío está en pleno derecho a defender a su población y territorio del constante asedio por parte del grupo extremista Hammas y su artillería artesanal, sin embargo, al escala del contra ataque ha sido a todas luces desproporcionado. Una vez más, Naciones Unidas han alzado la voz, sin embargo, como ocurrió con la invasión estadounidense a Irak, es muy probable que este llamado tampoco tenga eco en las partes en conflicto. Los contendientes se conocen muy bien el uno al otro, es difícil creer que no exista entonces entendimiento, creo entonces que el porblema se trata de voluntad. ¿Quién habrá de mostrarla? En el corto plazo no es visible, tal vez, como hoy parece necesaria una redefinición del orden económico, sea también necesaria una nueva manera de ver el concepto de estado. Esta historia está aún lejos de tener un final feliz.

Feliz año nuevo, mucha salud y prosperidad en este nuevo milenio que habrá de concluir en el 3009, ¿o 3010? Ya podremos discutir eso cuando se llegue la fecha. En tanto eso ocurre. ¡Felicidades!

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