martes, 2 de junio de 2009

¿Peña Nieto?

¿Peña Nieto será candidato? No lo creo y básicamente me da lo mismo, pues igual no votaré por él. La reflexión viene porque la gente está convencida de que así será, producto de la cortina que sexenio a sexenio se tiende para evitar mostrar lo que ocurre en verdad.

Puedo asegurar dentro de 6 sigma, que nunca más votaré por el prian.

Voté por Zedillo, fue mi único voto al PRI y luego, quien pudo arrancarme un voto al PAN fue Castillo Pedraza, pero su propio delfín lo traicionó abandonándolo a su suerte, metiéndolo en un condón y lanzándolo por el retrete para taponear el drenaje profundo del Distrito Federal, suerte que no acompañé y hoy aquel traidor es presidente con todo y las dudas y marcas de ilegitimidad de México, probando que los hombres de bien no serán presidentes.

¿Quién, si no Peña Nieto será el candidato? Bueno, eso no lo se ahora mismo, solo se que no será Peña Nieto y para saber eso basta recordar la historia reciente, la que nos ha tocado vivir a mi generación, porque meses más, meses menos, marcaron el que nuestro primer voto haya sido parte o no de la primera ocasión en que la oposición ganara la presidencia de la república. Los panistas puritanos dicen que con Maquío, los historiadores dicen que con Cárdenas. De aquellos años recuerdo las conversaciones de familiares mayores, maestros tal vez, en fin, la gente grande, daban por hecho que el candidato del PRI sería otro gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo. Su popularidad era equiparable, considerando que antes no había feisbú, ni nada de eso, a la que hoy tiene Peña. Ocupando los noticieros a la par que De la Madrid, el que por senecto dice puras pendejadas, como que los Salinas son rateros; nadie se imaginaba que el gris secretario de planeación y presupuesto pudiera ser el ungido y si, contra todo pronóstico, Salinas fue candidato. Porque ¿de cuándo  a acá le ha importado algo al PRI lo que piense o necesite la gente? Son juegos de poder más allá de las preferencias y popularidad de los candidatos. Salinas fue muy cauto, Serra Puche, el más sonado, solo podía ser candidato si en tres semanas se reformaba la constitución y eso no pasó si no hasta con Fox. En fin, Colosio llegó de atrás, como Messi o Maradona, sorprendiendo a propios y extraños y creando a su alrededor un aura de credibilidad amparada en su incendiario discurso del Monumento a la Revolución y el hecho de que fuera el primer candidato en la historia del PRI que había ocupado un puesto de elección popular, a saber, senador por Sonora. ¿Cambió la historia, rompió quinielas? No, Lomas Taurinas le quitó lo masturbado de la idea. Zedillo, tan o más gris que el anterior, sin equipo detrás, sin familia pesada del brazo, sin pena ni gloria, sin mancha, sin pasado, llegó y se hizo de la presidencia en la hasta ahora más contundente victoria electoral de cualquier presidente de este país. Menos de 40% de abstencionismo, más del 50% del electorado, asustado por un bohemio enmascarado rodeado de choles, tojolabales, tzotziles y tzeltales borraron la sombra del fraude. ¿Te habrías imaginado a Zedillo de presidente? El Jefe Diego era el bueno, ¿no? No.

La del 2000 era una lucha arreglada desde el 89. Ese que se puso las boletas como orejotas, ¿quién es? Tiene carisma. Se llama Vicente, diputado federal por Guanajuato. Dile que si quiere ser gobernador.

Por primera y única vez en la historia la opinión ciudadana sería tomada en cuenta, la sociedad no aguantaría un fraude más, debía haber sucesión. El asesinato de Colosio simplemente la postergó, era necesario, no se podía entregar la presidencia al ala radical demócrata del PRI, ahora convertida en oposición. Maquío era de derecha, si, pero no tenía mucho con qué se pudiera negociar, llegó allí solito, por méritos propios, impulsado por capitales que no pertenecían al poder. Agregarlos era una tarea que se haría después. Vamos a seguir siendo ricos y ellos pobres. ¿Y el poder?

Diego fue buena opción, buen relumbrón. Nada.

La campaña que había sido largamente prometida llegó, desde el 96 el guanajuatense comenzó. Retrata bien, tiene voz potente, como Colosio, va a gustar, además le gusta hacerse el chistosito. La gente lo va a seguir, es como Chespirito, pero grandote. ¡Venga de ahí!

¿El PRI? insultos, descalificaciones, Pinocho se llamaron, se insultaron con la complacencia de Adal Ramones. Ya estaba pactado. ¿Cuauhtémoc? ¡Si! como brillaba en la selección. No, el otro. ¿Cuál?

Ganó la popularidad, años atrás el miedo, ahora la lente. Dos elecciones en que el pueblo votó. Ya ganó Chespirito, ¿vamos a dejar llegar a Don Ramón?

Se necesitaba algo más que caras bonitas, más que popularidad, tenemos expertos en crear popularidad, necesitamos un político. Todos se la creyeron. ¿Te hubieras imaginado a Madrazo de candidato?, ¿A Calderón?, ¿No ya sabías que tu presidente iba a ser Creel?

Peña nieto es un desafío de la televisión. Como diciendo: "Quédate con tu ley electoral, las elecciones las sigo ganando yo". Televisa es fuerte. Televisa todavía tiene un patrón.

No se quién será presidente, tampoco quién será candidato. Lo que si se es que lo que pensemos tu y yo a ellos, los tiene sin cuidado. Peña Nieto no va a ser.

 

Artículo 5.
  • Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

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