jueves, 25 de septiembre de 2008

Arráncame la ropa...

arrancame

La tradicional predominancia masculina en la vida pública y en los grandes acontecimientos sociales y políticos del país, ha tenido como respuesta positiva entre pocas cosas, el surgimiento de movimientos feministas que, sin necesidad de absurdas estridencias y reivindicaciones inexistentes, han alcanzado su magnificencia en obras como la de mujeres de la talla de Ángeles Mastretta. Hoy el cine comercial pone en las salas de todo el país su obra "Arráncame la vida", en ella se dibuja a través de la historia de Catalina, el nacimiento de la dictadura perfecta, mostrando como se perfilaban los inicios del PRI, vistos desde la óptica de esta mujer, esposa rebelde de un general huertista, quien mediante componendas, va logrando un notable ascenso político, no sin mancharse las manos de sangre y compromisos a costo del pueblo en el escenario de la naciente república.

No he leído la obra literaria, sin embargo la comparo con "Mal de amores" obra de la misma autora, la cual si he tenido ocasión de leer. Al igual que en la citada película, la protagonista es también una mujer de espíritu liberal y de inteligencia fuera de serie, lo cual le garantiza la tolerancia de sus desplantes liberales, inaceptables en aquellos años, avalados por sus padres,  aun por parte de sus conservadoras parejas "oficiales", quienes están dispuestos a estirar la liga de la tolerancia a cambio de los amores de una mujer, ante todo interesante, por inteligente y, dicho sea de paso, hermosa.

No haré una crítica de una película que, debo decir, me pareció magnífica. No soy experto en cine y, a más de una semana de estar en cartelera, seguramente análisis de actuaciones, fotografía y demás galimatías propias del séptimo arte, se habrán hecho ya.

Mi único comentario es acerca de los alcances de este tipo de obras basadas en libros aún más valiosos que la ya de por si puesta en pantalla. La película, para conservar el toque del cine mexicano, cuenta, además de un florido lenguaje, a mi juicio apenas correctamente insertado en la trama, con no pocos desnudos de la protagonista Ana Claudia Talancón, factor que seguramente contribuye a la afluencia de público a las salas, sin embargo (supongo que es por ello), en la sociedad mexicana, también logra que la película sea clasificada como B-15, es decir, apta solo para mayores de 15 años, dejando de lado a los jóvenes en temprana adolescencia, quienes movidos por esta magnífica producción, podrían acercarse a la obra de Mastretta, en cambio, solo por esta estrategia taquillera, son marginados, cuando en mi opinión, es a esta edad cuando mejor puede acercarse el individuo al hábito a la lectura.

Espero pronto comenzar a ver películas mexicanas para toda la familia con la calidad, en todos los sentidos, de "Arráncame la vida" y no solo comedias la cuales tampoco carecen, ni del lenguaje soez, que si, así hablamos los mexicanos, pero entonces que dejen entrar a los niños, que de todos modos así hablan sus papás, ni de desnudos innecesarios. Sobre todo cuando estas sirven como puente entre la sociedad, su cultura y su historia.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Independencia y... ¿Libertad?

liston_negro[1] Hace 198 años, en el pueblo de Dolores, el párroco de la capilla de la entidad, Don Miguel Hidalgo y Costilla, cura más por circunstancia que por convicción, encabezó el movimiento que habría, 11 años más tarde, culminar en un acuerdo, con peculiaridades no del todo positivas para la novel nación, que daría independencia a México. Aquella noche, seguramente cayeron muchos mexicanos. Hoy cosechamos sobre sus vidas.

En nuestros días México es un país independiente, aunque cuando gobierna el que no nos gusta, inmediatamente, de un lado u otro, tendemos a tacharlo de populista antipatriótico,  vende patrias, de entreguista, y un largo etcétera, cuyo detalle no ocupa por ahora este espacio. Sin embargo la campana de Dolores no tañó solo por la independencia, pues esta no era tan urgente como la libertad.

México es un estado libre y soberano, no debemos, desde luego ignorar que muchas de las decisiones que se toman en el país, tienen influencia del entorno internacional, sin embargo esto no es necesariamente malo, muy al contrario, el planeta Tierra es una gran comunidad y el país o más aún, la comunidad que pretenda mantenerse ajeno a ello, a la larga habrá de tener más problemas que beneficios. No obstante todas las prerrogativas, que da el ser independiente, han pasado casi dos siglos y los mexicanos no hemos podido conocer la libertad.

Hoy ensombrece la faz de la patria una imborrable mancha de sangre y dolor, a manos de cobardes terroristas quienes, agazapados en el anonimato, entre la multitud que se reunía a celebrar el más alto de los festejos patrios, lanzó una bola de muerte dando, lamentablemente, en el blanco. Siete muertos arrojados a la nada. Siete veces hemos muerto como mexicanos, como seres humanos, si a esto que camina en la Tierra puede llamársele humano.

A una voz, el pueblo de México repudia los atentados, reclama justicia, implora tranquilidad. Libertad. ¿Cómo caminar por las calles, salir al mandado, a la escuela, al trabajo, a celebrar? ¿Detrás de qué columna se oculta la muerte, dónde termina mi derecho a volver a despertar de esta pesadilla?

El estado, en voz de Felipe Calderón, pierde la oportunidad de poner muy claro que con la paz, con la libertad de los mexicanos no se juega y en cambio, en actitud lamentable, oportunista, no deja pasar los reflectores que el doloroso suceso atraen y no bastándole la nube roja que se cierne entre el Sol y nuestra tierra, culpa de la situación de violencia a los que insistimos (¡que Dios nos perdone!) en pensar distinto, en oponernos a un régimen que a todas luces ha fracasado.

Si bien enérgico, si bien cobijando el dolor, la angustia, no cerró el puño sobre los asesinos y dejó escapar la fuerza y en sus dolores de cabeza políticos. Señor "presidente", este no era el momento de pedir a otros frenar el remolino que su antecesor inició. México necesita de la unidad de cada uno de nosotros, sin embargo unidad no significa uniformidad.

No existen palabras para decir lo que se me atora en la garganta, voces calladas en la noche en que más debían de gritar.

Exijamos el cese a la violencia, ofrezcamos a nuestro mundo nuestro granito de paz.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Tres Estrellas

dos estrellas

El día de ayer tuve la oportunidad de conocer la hermosa localidad de Tlalpujahua, incluido en el catálogo nacional de pueblos mágicos. No es para menos, la antigua ciudad minera cuenta con una hermosa arquitectura típica de los pueblos que florecieron al cobijo de las minas. Tejados de lámina añejos, pero bien conservados, muros de adobe, sólidos y llanos como la mejor mampostería y, coronando la cima sobre la que se alza, un imponente templo católico que corta el cielo apenas decorado con albísimas nubes que, lejos de presagiar tormenta, ofrecen ocasional sombra durante el agradable y soleado día.

Saliendo de Atlacomulco, en el estado de México, se toma la carretera hacia El Oro, la última frontera de este estado antes de inciar Michoacán. Una vez en este pueblo, también minero, habitado por alrededor de 21 mil mexiquenses, puede avanzarse por la avenida que lo cruza de extremo a extremo, o bien, realizar el viaje por el libramiento, el cual ofrece una hermosa panorámica de bosques de coníferas, que se antoja imposible en el marco del desastre ecológico al que avanzamos. A pocos kilómetros de la ciudad, se encuentra la Mina Dos Estrellas, la cual es ahora un espléndido, aunque todavía austero museo, de tecnología del siglo XIX, versa una placa a la entrada.

La mina Dos Estrellas recibe su nombre, a decir del guía, de los dos minerales preciosos que de ella se extrajeron durante su período de apogeo a finales del siglo XIX, oro y plata. La enorme prosperidad de esta mina se vio reflejada no solo en la opulencia con que vivían su  explotadores, de la mina y de los mineros, si no también, y esto fue lo que me resultó más interesante, en el desarrollo tecnológico que en sus talleres se estaba gestando. Importadas de Francia, máquinas y portentosas técnicas de minería, hacían de Dos Estrellas uno de los centros de explotación minera con la tecnología más avanzada de su tiempo, no obstante, dichas máquinas, como perforadoras neumáticas, generadores eléctricos, bombas de agua, locomotoras, etc., requerían de mantenimiento, además, nuevos retos requerían nuevas soluciones, las cuales no podían esperar el largo trayecto de llevar la noticia a Europa y luego traer el resultado tecnológico.

Es así, como en las entrañas de la tierra, a las puertas del infierno en que los explotadores tenían convertido el cerro Somera, los trabajadores de este próspero complejo eran capaces de fabricar moldes en madera de asombrosa precisión para luego elaborar con ellos moldes para fundición de hierro, cuyas piezas eran después mecanizadas sustituyendo aquellas que sufrieran alguna avería.

Aquella mañana que visité la mina, había tres hombres que completaban el grupo. Jamás dejaron de lamentarse del enorme tesoro que bajo sus plantas alguna vez había existido y del cual no habían visto ni un gramo, jamás cesaron de mirar al piso y por debajo de las desvencijadas piezas del museo para ver si, en medio de la revolución o al cierre de la mina, alguien por ventura hubiese dejado olvidado aunque fuera un pequeño lingote de oro. O bueno, ya aunque sea de plata. Nada.

El oro, la plata, tarde o temprano de todas maneras se iban a terminar. Hoy, según los datos duros del gobierno, estamos a 9.5 años de que se nos termine nuestro último gran tesoro, el petróleo, un gran tesoro por el que todas las corrientes políticas del país insisten en pelear. ¿Es el petróleo en si el gran tesoro de México? ¿qué legado duradero y aprovechable en el largo plazo nos ha dejado a los mexicanos ese tan codiciado combustible que alguna vez emanara a borbotones de las entrañas de nuestra tierra?

Creo que estos 80 años de petróleo nacionalizado se han desperdiciado tanto como el tiempo en que su explotación estuvo en manos de empresas extranjeras, pues no hemos sido capaces de desarrollar la tecnología que hoy tanto nos repiten es necesaria para descubrir aquellos ocultos y misteriosos  yacimientos que se encuentran donde solo un osado tritón podría encontrarlos. Eso, sin embargo no es tan malo, como malo es que hoy corrientes de "derecha", de "izquierda" y ahora hasta "socialdemócratas" discutan airadamente por obtener, nuevamente, beneficios, no lo dudo si,pero nuevamente de corto plazo. Otra vez, irremediablemente nos están ofreciendo devorarnos el petróleo y dejar escapar, como en el caso de la mina Dos Estrellas, el único, verdadero y perdurable tesoro que significa poseer riquezas en el subsuelo. Un próspero y, si me apuran al principio, tímido, pero firme desarrollo industrial y tecnológico.

No entiendo en qué punto se perdió el rumbo, ¿o nunca lo hubo?

En el 2000, en vísperas de las elecciones un amigo alemán que estaba por ese tiempo en nuestro país me comentó lo interesante que le parecía que México fuese manejado como una empresa; lo que le hacía pensar esto era que Fox tenía serias posibilidades de ocupar la presidencia, como luego ocurrió, y gente que seguro tenía información que yo no, le había dicho que eso era lo que sucedería si el guanajuatense ganaba las elecciones. Hasta donde yo entiendo, un empresario toma las decisiones que puedan hacer prosperar su negocio, la empresa, que le den a ganar más dinero y apuntalarla, diversificar, etc. Venderla y entregarla a capitales más poderosos, a otros empresarios es algo que cualquiera puede hacer. No se necesita ser un gran hombre de negocios.

¿En dónde está esa visión de empresa que tanto sedujo al electorado en aquella tristemente célebre campaña del 2000? Nadie, ningún funcionario puso un solo gramo de su emprendedor cerebro en administrar de manera eficiente a la empresa petrolera de mayores ganancias del mundo, ninguno pudo ver en su obtusa mente un pequeño rayito de luz que pudiera decirle cómo, con recursos propios y si, escasos, aprovechar mejor el momento histórico que la escalada de precios de los energéticos ofrecía y sigue ofreciendo. La única gran idea, es permitir la entrada de capitales, a los cuales ni de chiste podrá cargárseles con los impuestos con que hoy se exprime a PEMEX, con la "esperanza" de que sus empresas signifiquen empleos (de corto plazo), cuando lo que debiera buscarse no es generar empleos, si no desarrollo, tecnología, conocimiento, un tesoro que ningún empeño privatizador o populista podría robarse ni hoy, ni nunca. Y entonces si, a lo largo de algunas décadas, qué más da si se agota o no el petróleo, pues más de una rama industrial estaría con suficientes bases para sostener empleos duraderos y bien remunerados de millones de mexicanos.

Dos Estrellas se apagaron a mediados del siglo XX, la tercera es hoy una super nova. ¿Se convertirá en uno más de los tantos hoyos negros que hoy abundan en la galaxia mexicana?

El domingo es 7 de agosto. De acuerdo a la invitación lanzada por "Letras Libres", es el día en que se deberán liberar libros en lugares públicos. ¿Ya dedicaste el tuyo? ¡Adelante! Te dejo para que lo hagas.

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