jueves, 21 de agosto de 2008

Se nos van como agua entre los dedos.

Y mientras el Palacio Nacional se convierte en el lugar más seguro de México, para que en su interior traten de descubrir el remedio milagroso para combatir la inseguridad en nuestro país 31 gobernadores, un jefe de gobierno, el presidente Calderón, miembros del gabinete, legisladores y sociedad civil, Paola y Tatiana logran el 4, 5 en plataforma de 10 metros, lugares que no reciben medallas. Sin embargo, los jueces determinan que Guillermo Pérez ha sido el más combativo, el de mejor técnica y por "superioridad" se alza como el campeón olímpico de Tae Kwon Do, dando a México su décimo primer medalla de oro en la historia del olimpismo.

Y así como nuestros atletas, aparte de los que literalmente les pegan agruras, luego de dar su mayor esfuerzo, ven como la ansiada medalla se escurre entre sus dedos, la seguridad de nosotros, lo mexicanos, se seguirá escurriendo frente a las narices de los políticos si no se plantean y llevan a cabo programas de largo plazo, trans sexenales y metapartidistas, pues definitivamente no será en el presente sexenio cuando podamos ver realmente mejorar la situación del país en materia de seguridad. Entre otras.

Nosotros, la sociedad mexicana está descompuesta, y el proceso será largo y doloroso. Escucho y leo que se nos quiere comparar con países como Chile, donde la policía es reconocida como una de las mejores del orbe, cuerpos de policía respetados por la sociedad, tanto por los maleantes, como por los ciudadanos cuyo cuidado está a su cargo. Chile, sin embargo, a diferencia de nuestro país, estuvo sumido en una dictadura castrense encabezada por Pinochet, y de esa misma dictadura es que han emanado sus fuerzas del orden. Es decir, la mano dura, la disciplina y la inflexibilidad hubo que democratizarse y de ahí tan respetable y eficaz policía. Seguro el proceso no fue tan sencillo como lo menciono, pero considero que es un resumen aproximado sin demasiada pretensión. En México, en cambio, la dictadura, si bien existió también, durante 70 años, no fue una dictadura abierta, de modo que la inflexibilidad y mano dura de los cuerpos de represión, actuaron siempre a la sombra, por lo oscurito y al amparo de la corrupción que, de todos modos violaba (y viola aún en algunos casos) las libertades básicas de los ciudadanos. De modo que aquel operar a la sombra sigue enquistado en la conciencia y por ende en el actuar de cada agente de barrio, hasta las más altas esferas del poder.

El proceso de regeneración de nuestros policías debe ir de la mano y a veces a jalones, de la regeneración de la sociedad entera, la cual debe adaptarse a un modo de vida más disciplinado y ordenado, donde no se perdone el secuestro o asesinato, pero tampoco el lanzar basura a las calles desde el interior del vehículo.

Creo que Marcelo tiene sus días contados en la jefatura de gobierno del Distrito Federal, pues al decir que acepta el reto de renunciar si no cumple con los objetivos de mejorar la seguridad en la ciudad, emplazado por el Sr. Martí, padre de Fernando, está tomando muy a la ligera un tema que, de entrada, debe aceptar que no podrá resolver solo, ni en el tiempo que le queda al frente de su cargo. Como buen político, habrá de sacar numeralia de la manga y seguramente terminará su período, hasta que la contienda por la candidatura a la silla de los Pinos lo demande. Ojalá y esta ambición no sea más fuerte que su compromiso, no con el Sr. Martí solamente, si no con toda la sociedad.

En otros temas, quiero resaltar que al mejor cazador se le va la liebre, y es que en esta jornada los equipos estadounidenses de relevos 4x100 quedaron eliminados al haber perdido la estafeta al intentar pasarla de un corredor a otro. Poseedores de 17 de las 21 medallas disputadas hasta hoy en esta especialidad, el equipo de los Estados Unidos la soltó en el tartán del Estadio Nacional de Pekín, dejando con ello el camino libre al combinado jamaicano.

De Pátzcuaro mejor ni hablemos.

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